Le pedimos a Brian Miller, profesor de la facultad, que escriba algo para todos nosotros antes de irse. Esto fue lo que nos mandó:
"Si la arquitectura es una ocupación del hombre (….”el arquitecto no se preocupa, se ocupa!!....”), que se las tiene que ver con las relaciones entre la vida y el espacio, y enseñar es señalar un posible camino*, que es enseñar arquitectura?
La arquitectura es un oficio que se aprende haciendo, pensar-construir-habitar son cuestiones inherentes a nuestra existencia desde que reconocemos nuestra fragilidad frente al medio, necesitamos domesticarlo, temperar sus expresiones para sobre-vivir.
La arquitectura no hace otra cosa que cuidar la experiencia de la vida.
Entonces como se señala un camino?
Esta claro que si te pones frente a este texto es porque llevas un trecho del viaje de la vida recorrido y además estas buscando algo.
Donde buscar,
“……Está usted mirando hacia fuera, y precisamente esto es lo que ahora no debería hacer. Nadie le puede aconsejar ni ayudar. Nadie... No hay más que un solo remedio: adéntrese en sí mismo. Escudriñe hasta descubrir el móvil que le impele a escribir. Averigüe si ese móvil extiende sus raíces en lo más hondo de su alma. Y, procediendo a su propia confesión, inquiera y reconozca si tendría que morirse en cuanto ya no le fuere permitido escribir. Ante todo, esto: pregúntese en la hora más callada de su noche: "¿Debo yo escribir?" Vaya cavando y ahondando, en busca de una respuesta profunda. Y si es afirmativa, si usted puede ir al encuentro de tan seria pregunta con un "Si debo" firme y sencillo, entonces, conforme a esta necesidad, erija el edificio de su vida…….”
Cartas a un joven poeta, Rainer María Rilke
Solo necesitas re-conocer tu impulso, impulso entendido como el resultado de la suma de vectores que definen el rumbo de nuestra existencia, incluida la inercia (seguro la peor asesina del espíritu) provocada por la situación en que te toca viajar o vivir (siempre puedes elegir como vivirla).
El lugar de este impulso esta colmado de sustancia, colmado de inspiración, colmado por tus experiencias, las que se instalan en la memoria, las que se instalan en la imaginación. Afortunados somos!!!....dentro de nosotros no existe un límite entre experiencia e imaginación.
Ser arquitecto exige una actitud, más que un talento particular, “ver el mundo con ojos de arquitecto” no es un privilegio de algunos que se visten de negro, es un trabajo.
Es un ejercicio vital que te pone frente al mundo de un modo irrenunciable, no puedes dejar de ser arquitecto!!!. Convertirte en un experto en esa difusa relación que existe entre la vida y el espacio exige una a-tensión que debe convocar tu ser completo.
Aprender a formular las mejores preguntas, para encontrar las respuestas, sin buscar la aprobación de nadie, solo profundamente comprometido con la responsabilidad que significa el dar albergue a la vida de otros (vida: actividad natural inmanente auto-perfectiva)
Y más aún, si caes en la cuenta de que ese lugar que quieres sacar fuera de ti, seguro se puede convertir en la experiencia de un niño y la memoria de un viejo, no hay manera de fallar en el intento, estas condenado a caer en la arquitectura.
Pero si te quedas en la superficie, si esperas aprobación, si quieres que en esta búsqueda las cosas se instalen donde otros ya las pusieron, si te conformas con poco, busca otro nombre para tu oficio. Si no haces arquitectura, solo haces daño.
Un arquitecto trabaja con los sueños, los propios y los de quienes van a habitar esos nuevos pedazos de mundo, donde pusiste todo lo que tenías. Esto suena cursi, pero es serio y delicado, y sobre todo exige tiempo.
Debes buscar desde lo que ya ha sido hallado, usar el conocimiento como pedestal para saltar un poco más alto y atrapar el por-venir. Entonces si interesa la historia, la historia de los proyectos, desde el lugar y la vida que los alimentó, no los proyectos en la historia como inútiles taxonomías, llenas de formas y datos olvidables.
Disponte a gastar tu vida en hacer lo que no sabes.
Cada proyecto es distinto, cada pregunta es singular, cada lugar es único y tu ya no eres el mismo que comenzó a leer este pretencioso texto hace un rato.
Reconoce
· que lo único permanente es el cambio,
· que la realidad y la ilusión están en un mismo lugar,
· que el ser original tiene que ver con remontarse al origen de la cosas,
Enseñar arquitectura entonces,
· tiene que ver más con acompañar, que con informar,
· tiene que ver más con el reconocimiento de cada subjetividad, con estimar el valor de cada universo personal, que con demostraciones banales de torpe soberbia,
· tiene que ver con la generar impulsos desde estos lugares desconocidos, más que con relatar tediosos encargos,
· tiene que ver con arrojar proyect(o)iles que caigan en lo arquitectónico y no piedras que golpean al que por ahora parece más débil.
Enseñar es un acto de amor y no una puesta en escena. "
3 comentarios:
Definitivamente, perdemos a un GRANDE! ojala algun día vuelvas Brian!
bravo brian miller!
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